A pesar de que muchos piensan que el aceite de hígado de bacalao y el aceite de pescado son lo mismo, se trata de dos productos totalmente diferentes. Si bien ambos se obtienen del pescado, el primero se extra a partir de los hígados del bacalao específicamente, una especia típica de aguas muy frías.
Por otro lado, el aceite de pescado puede obtenerse de diversos ejemplares, tales como el salmón, la sardina o el arenque. Además de esto, la composición nutricional de ambos aceites es distinta, por lo que usualmente son utilizados con fines diferentes.
Diferencias entre el aceite de pescado y el aceite de hígado de bacalao
Aunque en ambos tipos de aceite la cantidad de ácidos grasos esenciales es considerablemente elevada, en el aceite de pescado se trata de Omega 3 poliinsaturado de cadena larga o EPA; mientras que el contenido de ácido graso esencial en el aceite de hígado de bacalao corresponde a Omega 3 docosahexaenoico o DHA.
Por otro lado, el contenido de vitamina D en ambos aceites es alto, pero en el aceite de hígado de bacalao es más elevado, por lo que se requiere la ingesta de menor cantidad para obtener la dosis diaria requerida de esta vitamina.
Otra diferencia significativa es el contenido de vitamina A en ambos aceites, siendo mucho más alto el aceite de hígado de bacalao, por esta razón muchos profesionales lo recomiendan como ayudante en el tratamiento de la salud visual.
Sin embargo, por el contenido de mercurio en los peces es posible que el aceite de hígado de bacalao pueda afectar con mayor facilidad a personas que padezcan de reacciones alérgicas con frecuencia. En estos casos se recomienda la ingesta de aceite de pescado en sustitución.
Usos generales del aceite de hígado de bacalao y el aceite de pescado
A pesar de las diferencias entre ambos aceites, a menudo son usados con fines comunes; entre ellos se enumeran:
- Apoyo en el tratamiento de enfermedades cardiacas: dado al contenido de omega 3 en ambos aceites, se recomiendan para la salud cardiaca. Algunos estudios han demostrado que la ingesta de este tipo de aceites reduce el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiaca.
- Presión arterial alta: diversos informes médicos demuestran que el uso de suplementos de aceite de hígado de bacalao o de pescado puede ayudar a las personas con presión arterial alta, moderada o grave para mantenerla en niveles normales.
- Triglicéridos y colesterol alto: la ingesta de ácidos grasos esenciales Omega 3 (EPA y DHA) contribuyen a reducir significativamente los niveles de triglicéridos en la sangre. Además, puede ayudar a amentar los niveles de colesterol bueno, sin elevar demasiado el colesterol malo.
Artritis reumatoides: aunque aún no existen estudios concluyentes, se cree que la ingesta de Omega 3, vitamina A y vitamina D presente en ambos aceites puede contribuir a reducir la inflamación en las articulaciones y por lo tanto el dolor. Además, es un buen ayudante para evitar la rigidez matutina que acompaña esta enfermedad